Buda

¿CUÁL ES TU FORMA DE REACCIONAR?

Cuenta la leyenda que en una ocasión un hombre quiso comprobar si lo que decían de Buda era cierto, que podía mantenerse inalterable ante cualquier provocación verbal llena de ira y rabia.

Después de su larga búsqueda, cuando aquel hombre se encontró con Buda, con toda su ira, empezó a insultarlo de manera cruel, lanzándole todo su odio con la intención de vejarlo, degradarlo y humillarlo. Sin embargo, ante aquel despiadado ataque de violencia verbal, Buda permaneció impasible.

Cuando el hombre se quedó sin energía por la falta de reacción que esperaba para reavivar su fuego, Buda se dirigió a él y le dijo:
¿Puedo hacerte una pregunta?
Que!!!, respondió el hombre gritando despectivamente.
Si alguien te ofrece un regalo y tú lo rechazas, ¿a quién pertenece entonces ese regalo?

Sigue perteneciendo a la persona que lo ha ofrecido, respondió muy enfurecido el hombre.

Tienes razón, mi querido amigo, respondió Buda con una cálida sonrisa. Entonces, si yo rechazo aceptar tus insultos, tu rabia y tu ira, ¿a quién pertenecen?

Sorprendido por la reflexión de Buda, el hombre se quedó sin palabras y se marchó pensativo.

Una persona que adquiere un mayor grado de consciencia sobre sí mismo, no reacciona sino que reflexiona, se convierte en observador externo.

Ante cualquier situación en la vida, el observador decide como reaccionar. No importa lo que ocurre, sino nuestra reacción ante lo que ocurre.

Si tu reacción es controlada por otra persona, no eres independiente, sino influenciable, cualquiera puede manipularte, secuestrarte emocionalmente. No puedes culpar a la otra persona; él o ella o las circunstancias debido a que ellas no son responsables de tus re-acciones.

Cuando sabes quien eres, cuáles son tus valores y reconoces tu propia energía y lo que verdaderamente eres, no dependes de las opiniones de los demás ni de las circunstancias externas.

En la medida en que te desarrollas internamente y vives tu propia realidad, reconociéndote por lo que eres, podrás convertirte en el observador.

Recuerda que la felicidad, la plenitud y la paz no llegarán por alcanzar unas circunstancias externas ideales (mejor trabajo, mejor relación de pareja, más dinero, una casa más grande, un cuerpo más esbelto) ni por la opinión que los demás tengan de ti (eres simpatic@, amable, divertid@, antipático, estás siempre de mal humor, siempre te quejas, etc…), ya que todas las emociones –la compresión, la felicidad, el cariño y el amor están dentro de ti.

No llegan desde el exterior -como la sociedad nos hace creer-, sino que nacen y brotan desde dentro tuyo.

¿Sabes quien eres?.
¿Sabes lo que quieres?.
¿Qué aportas a tu entorno personal / familiar / profesional?

Cuanto mas tiempo estés buscando la estabilidad emocional fuera, más te alejas de tu propio bien-estar. Nadie puede dar aquello que no tiene.

Reflexiona sobre tu vida, tienes mucho que ganar. Ten siempre presente que tu pasado no dictamina tu futuro.

NO IMPORTA LO QUE OCURRE AHÍ FUERA, SINO LO QUE HAY DENTRO DE TI.

P.D:En agradecimiento a la lectura del libro de Javier Iriondo, “dónde tus sueños te lleven”.